Lanjarón

Pues menuda manera de desconectar con los exámenes. Alter Ego ha pasado dos días en Lanjarón, ayudando a celebrar las Fiestas del Agua y del Jamón en honor a San Juan. Llegada a Lanjarón a las 13:20 de la mañana, a la rotonda de la variante, ya que el resto del pueblo supuestamente estaba cortado al tráfico. El punto de encuentro era Jamones Pozo, regentado por la Tita Antonia, la anfitriona. La Yaya, Perséfone y Alter Ego dejan las maletas y recogen al 4º mosquetero, el Cani Inconsciente, a su vez hijo de la Antonia y mi compañero de piso.

Hace un calor de la ostia, pero vamos a pasear por la que parece ser la única o mas importante calle del pueblo. Alli ye empiezo a ver alguna que otra cara familiar conocida de otra anterior visita al pueblo. Otros son nuevos, y claro, pues se calla y decide mirar a su entorno, estudiarlo, porque al fin y al cabo, no es su elemento. Cuando la Tita Antonia y el Cani Inconsciente, cierran Jamones Pozo a las 14:00 horas, damos un pequeño paseo por el pueblo en coche, para dejar a la Yaya y Perséfone en casa de la Tita Expira, y el Cani Inconsciente y Alter Ego, van camino de Orgiva, pero se dan la vuelta, uno se siente Cañonero, no Güevero.

Después de la comida en casa de la Tita Antonia, el Cani Inconsciente me abandona obligatoriamente y yo me uno a la Yaya, Perséfone y Paco, hermano de la primera para ir a tomar un café en la Pizzería, alli están las amigas. En el camino se nos une la Prima Carmela con su hija. Alli todos esperamos “La Publica”, un espectáculo tan esperado como anunciado por el Cani Inconsciente, que participa en ella con el resto de gamberros de su charanga. Empiezan a pasar los grupos por delante de donde estábamos nosotros, muchos disfraces y muchos vatios, además de litros de tinto de verano para adultos y zumos para niños.

Todos están bien, pero como el grupo de hombres disfrazados de mujeres policías y esos tres gamberretes vestíos de niños pequeños a lomos de triciclos con un remolque cargado de tinto de verano y de panchitos varios. De entre los primeros, uno se acerco a mí con un perro de peluche, haciendo como que olisqueaba algo, y muy educadamente me dijo que tendría que cachearme. Yo accedí encantado y me puse de espaldas a él, mientras el hacia que me cacheaba, hasta que llego a las piernas, ya que cuando noto que alli no había pelo, volvió a subir a decirme un: “¡¡¡Hay que ver como estas!!!”. Los dos nos reímos y todos tan felices. Con los últimos, no tuve mas remedio que hacerme unas fotos, de invitado estaba Doraemon.

Mención aparte merece el espectáculo taurino montado por el Cani Inconsciente y su tropa, no les faltaba detalle alguno: tenían presidente, su manola, picadores, mulilleros y claro, los matadores. Hicieron varias actuaciones, aunque solo puede ver una bien, la final, la de la plaza. En el trayecto, tuve el honor de hacerme amiguete del Comandante Candaos, el Guardia Civil mas cojonudo que nadie pueda conocer. Todo parecía una corrida de verdad, hasta se daban orejas, que misteriosamente eran humanas, de plástico y de dimensiones inexactas, pero que mas da. Tras el apoteósico final de festejo, una grúa de obra engancho el carro-plazadetorosportatil y lo elevo por los aires, mientras el Cani Inconsciente y el resto de la banda tocaban el himno español, con el Comandante Candaos mas cuadrao que una mesa saludando,

“Esto no es San Juan, esto es cachondeo; donde esta el agua que yo no la veo” Este era el grito de lucha, y alli agua se veía por todos sitios, no sabias de donde procedía el cubazo de agua que te había caído encima, pero tampoco importaba mucho, porque alli donde había una gran manguera echando agua había gente con ganas de pasarlo bien, y también Alter Ego, disfrutando como un puto enano de algo que para él era nuevo. El trayecto era el de siempre, desde una punta a otra de la calle principal de Lanjarón que he terminado por aprenderme de memoria. El mecanismo, más fácil que el de un chupete: Tú vas por la calle y te mojan. Tiran un cohete a las 00:00 y la gente empieza a saltar y a cantar, mientras desde ventanas y balcones empieza a caer agua, vas andando, saltando, algunos incluso hacías como que nadaban tirados en el suelo, y al llegar a la plaza, a las 01:00 otro cohete marcaba el fin de la fiesta del agua. Mientras regresábamos a la casa de la Tita Antonia, Alter Ego le dijo a un niño. “¿A que no tienes cojones a echarme el cubo de agua encima?” Pues si, el niño tuvo cojones

Para finalizar la noche, al Triangulo, local de moda perenne en Lanjarón. Alli hacia un calor que te cagas, pero menos mal que de vez en cuando salíamos a la calle, o bien por gusto, o bien para visitar al Matías y resto de amigos del Cani Inconsciente. Alli algunas copas, cervezas y partidas de futbolín nos servían para echarnos algunas risas, amen del intento de pique de chistes entre el Cani Inconsciente, Fran (el marido de la Prima Carmela) y alguien que creo se llamaba Jaime. Todo el mundo estaba muerto, el día había sido como la vida: largo y duro (nada de chistes fáciles), pero eran casi las 7 de la mañana y había ganas de hacer lo que se hace en estas situaciones: churros con chocolate. Tras un saludo cordial a la Churrera, el camarero no se entera de una mierda de lo que queremos, pero si a traer Porras de Chocolate, algo que me ha encantado y no había tenido la oportunidad de probar antes. Al final, de vuelta a casa del Cani Inconsciente, hablando con los barrenderos y con las primeras Marías que salen a barrer la puerta. Ha sido una de las mejores noches de mi vida y tenia que contarlo, así que si has llegado hasta aquí, gracias por tu interés. Pasaron muchas cosas mas, pero estas son las que se pueden decir aqui, las otras me las guardo