Un amiguete mío que se ha dedicado durante mucho tiempo al periodismo de investigación política, o al menos eso explica el, siempre dice que muchos de los escándalos políticos que se han hecho públicos ha sido gracias a los numerosos líos de faldas que mantenían sus protagonistas, pues bien, en el juicio del 11-M no va a ocurrir lo contrario.
Le tocaba testificar a la ex de Rafá Zouhier, procesado por servir de presunto enlace entre los terroristas del 11-M y la trama asturiana de explosivos. La joven, atractiva y aparentemente confiada, estaba dispuesta a vengarse de su antigua pareja casi un lustro después de que terminase su relación. Después de declarar que su ex "era un fantasma" y un fiestero que "iba a fiestas y bebía alcohol, pero también guardaba el Ramadán y rezaba", la joven mostró un dibujo que le hizo Rafá Zouhier de Bin laden y un curioso mensaje de amor: "Ala es un Dios y Mohamed un profeta, y tú eres la chica que más quiero en el planeta".
Esta visto y demostrado, queridos lectores, que en esta vida, tiran más dos tetas que dos carretas, y que por eso, nos convertimos en esclavos que pagan su precio incluso una vez liberados del yugo femenino. No se lo relacionado que podrá estar con el caso tal papelito con la muestra de amor, pero lo cierto es que cuando menos, resulta curioso como en ese grupo de personas dedicadas al terrorismo, que son capaces de dedicar tanto tiempo, esfuerzo y capacidad cerebral al odio irracional, en ocasiones demuestran una ternura inusitada en gente de este tipo. Es ello lo que me hace preguntarme que es lo que pasa por la cabeza de esa pobre gente, que es capaz de dar su vida por unas ideas, que pensadas mínimamente, resultan si no estúpidas, por lo menos exageradas. A mi lo humano cada vez se me hace mas ajeno.