15/4/08

Cannabis

El cannabis es la sustancia ilegal que más se consume en todo el mundo. No lo digo yo, lo dice El Pais. El cannabis hay que analizarlo dentro del contexto sociológico en el que se mueve. Unos 162 millones de personas lo consumen en todo el mundo. Es la droga ilegal con más adeptos. No quiero hacer de esto una apología a todos esos porretas que me he cruzado en este mundo, pese a que no tengo absolutamente nada en contra de ellos, me parece que cada cual es muy libre de hacer exactamente lo que le salga de los cojones. Me refiero a quien lo hace porque le ayuda a sobrellevar mejor una enfermedad.

Sin embargo, la ley no distingue entre uso terapéutico o lúdico, y es que tienen razón al afirmar que el límite entre el uso lúdico y el medicinal es difuso. Pero este es un problema que creo tiene facil solucion. Vamos a ser realistas, no vamos a dudar de que puede haber gente que aproveche la coyuntura para pedir la legalización de esta sustancia. Pero como eso no podemos evitarlo vamos a centrarnos en los muchos enfermos de cáncer que, tras una sesión de quimioterapia sufren dolores insoportables y náuseas que no cesan.

Creo que es justamente en este punto donde vamos a atacar a la mayoria de la población. Otro hecho innegable es la automedicacion, poseemos minifarmacias en nuestros hogares, y a la minima que sentimos el menor atisbo de cualquier enfermedad, no dudamos en meternos en el cuerpo todo tipo de mierdas quimicas. Me parece genial, a nadie le gusta el dolor, y mucho menos tener que acostumbrarse a vivir con él. Si estamos de acuerdo en esto, ¿Por qué le negamos a este tipo de personas el acceso a un tratamiento adecuado y natural para su enfermedad diagnosticada? ¿Acaso es más importante una gripe que un cáncer?

Que nadie me pretenda decir que el cannabis tiene mas y peores efectos secundarios que los tratamientos quimicos, porque me voy a reir en su cara de su ignorancia. Tampoco me vale eso de que el cannabis es el primer paso hacia cosas mas duras como la coca o la heroína, porque directamente no le voy a escuchar. Lo que ocurre es que somos unos malditos prejuiciosos de mierda. No tenemos razones de peso para oponernos, solo una estúpida moral judeocristiana que pesadamente arrastramos y nos provoca ese sentimiento de rechazo hacia algo que se empleaba para tratar el reúma y la gripe allá por el 2700 antes de Cristo