1/5/06

Ateo

"En el principio creo Dios los cielos y la tierra. Y dijo, sea la luz, y fue la luz... Y vio Dios que la luz era buena y apartó la luz de las tinieblas. Y dijo Dios: haya expansión en medio de las aguas y aparto las aguas que estaban debajo y así fue. Y llamo Dios a la seca Tierra y a la reunión de las aguas Mares. Y dijo Dios: produzca la Tierra hierba verde y árbol que de fruto. Y así fue. E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la mayor para que señorease en el día y la mayor en la noche. E hizo las estrellas. Y dijo Dios: produzcan las aguas reptiles y aves que vuelen sobre la Tierra. Y creo Dios las grandes ballenas y toda cosa viva que anda arrastrando. Y dijo Dios hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y señoree entre los peces del mar y en las aves de los cielos y en toda la Tierra y en todo animal. Y creó Dios al hombre a su imagen: varón y hembra los creó. Y les dijo: Creced y multiplicáos y hechid la Tierra y sojuzgadla. Y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera. Y acabó Dios en el séptimo día y reposo de toda su obra que había hecho". Después de leer esto detenidamente, sacando las conclusiones precisas, ¿Alguien en es siglo XXI se lo puede seguir creyendo en esto a pies juntillas como se cree en los tres reyes magos? Pues bien, por primera vez en mi vida, algo que la verdad es que me ha sorprendido, me han juzgado por no creer en Dios, y lo triste es que ha sido un semejante, un compañero estudiante de Filosofia. Pero lo peor de todo es que todo esto pasaba cuando yo charlaba disternidamente de filosofia kantiana (un autor muy puritano) con otro compañero, una persona cuya ocupacion principal es el ejercicio del sacerdocio. El muy imbécil se ha creido en la labor de salvar la fe de un sacerdote (mas que imbécil es tonto) y sin conocerlo de nada, simplemente al verle el alzacuellos, se acerca y le dice: "Ten cuidado con éste que es muy ateo" Pues si, soy ateo, y si a mi contertulio no le importa y a mi tampoco, nos gustaria seguir nuestra tranquila conversacion filosofica. Esa ha sido mi respuesta, el silencio y la perplejidad ha sido la de Antonio (mi compañero, mi paisano y de profesion sacerdote). La diferencia entre ese imbécil y yo reside en que yo me replanteo las bases de mis creencias muy a menudo, mientras que el imbécil no se ha molestado en hacer un minimo analisis de las tuyas, ni él ni ninguno de los suyos (haciendo una metafora a la jerga de la mafia). ¿Como se atreven a hablar tan a la ligera?

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