25/4/07

Historia

El otro dia, un profesor hablaba de Gracilazo de la Vega, y de cómo murio en una gratuita y absura accion belica, añadiendo el comentario, “como todas”. En parte tiene razon, pero choca con otro sentimiento que late en mi, y que debo en su mayoria a la lectura de las obras de Arturo Perez Reverte. Lo importante del caso es que ambos hicieron referencia a una historia, la de Hernán Pérez del Pulgar, y su legendaria incursión nocturna del 17 de diciembre de 1490, en Granada. Esta, fue recordada en PATENTE DE CORSO, en El Semanal del 4 de marzo de 2007.
Alli leiamos lo siguiente: “En aquel tiempo difícil, cuando el diálogo de civilizaciones se hacía al filo de una espada, Pérez del Pulgar era bravo entre los bravos, hasta el punto de que se decía que sus escuderos, gente rústica y fiel hasta la muerte, llevaban «la cabeza sujeta sólo con alfileres». Quince de ellos lo probaron acompañándolo en la más audaz y espectacular incursión bélica –hoy diríamos acción de comandos– que registra la historia de España. Observemos la escena: cerco de Granada, noche sin luna. Unas sombras silenciosas moviéndose bajo la muralla. Tras planificarlo hasta el último detalle, Pérez del Pulgar y sus escuderos, equipados con ropas negras y armas ligeras se acercan a la ciudad.
Y mientras nueve se quedan guardando los caballos y cubriendo la retirada, su jefe y otros seis se cuelan por el cauce del Darro, acero en mano y el agua por la cintura. Después, guiados por uno de ellos –Pedro Pulgar, moro converso–, callejean a oscuras hasta la mezquita mayor, hoy catedral de Granada. Y allí, en la puerta y con su propia daga, Pérez del Pulgar clava un cartel donde, junto a las palabras «Ave María», dice tomar posesión de ese lugar para la religión católica, en nombre de sus reyes, y por sus cojones.
Tras semejante chulería, los incursores encienden un hacha de cera; y, clavándola en el suelo a fin de que ilumine bien el cartel, rezan de rodillas antes de buscar la Alcaicería para incendiarla. Pero Tristán de Montemayor, el encargado de la cuerda alquitranada para el fuego, la ha olvidado en la mezquita. Cabreadísimo, Pérez del Pulgar lamenta que le haya «turbado el mayor hecho que se hubiera oído», y sacude a Montemayor una cuchillada en la cabeza, mortal si no se interponen los compañeros. Uno de ellos, Diego de Baena, se ofrece a regresar en busca de la mecha, y Pérez del Pulgar le promete, si salen vivos de allí, una yunta de dos bueyes por echarle esos huevos. Pero la suerte se acaba: de vuelta con la lumbre, Baena se da de boca con un centinela moro, al que endiña unas puñaladas antes de poner pies en polvorosa.
Entonces se lía el pifostio: gritos del centinela, luces en las ventanas, alarma, alarma. Etcétera. Con toda Granada despierta, el grupo corre a oscuras hacia la muralla. Junto al río, uno de ellos, Jerónimo de Aguilera, cae atrapado en un foso. El compromiso es «no dejar atrás prenda viva», y todos son profesionales: Aguilera pide a sus compañeros que lo maten, pues no quiere caer en manos de los moros. Pérez del Pulgar le tira una lanzada, pero yerra el blanco en la oscuridad. Al fin, como en las películas, con los enemigos encima, logran liberarlo y salir todos por el río, subir a los caballos y largarse al galope, mientras en la ciudad se monta un carajal del demonio y al rey Boabdil, despierto con el escándalo, le dan la noche. "
Bueno, ya me contareis si es o no una buena historia. No voy a entrar en si tal accion belica de comandos es o no absurda o gratuita, porque creo que estamos demasiado alejados de su contexto, pero lo que si me gustaria comentar es que en la España de hoy se necesitan mas que nunca hombres con dos cojones que no tiemblen ante la responsabilidad de llevar a España mas arriba de donde se encuentra, que no se pierdan en debates absurdos contra la oposicion, sino que hagan lo que saben que tienen que hacer, y hacerlo no pensando en llenar su bolsillo, sino el de los demas. Al menos, yo asi lo creo

3 comentarios:

Isabel Burriel dijo...

Esas descripciones de guerrillas y de batallas capitaneadas por algún noble valiente son verdaderos relatos épicos de acontecimientos que en la realidad serían, seguro mucho más cutres pero el tiempo y las palabras le dan un halo de heroicidad fantástico.

Anónimo dijo...

Ué!!!, que conte que entro de vez en cuando por aquí però soy tan lista, que no sabia como firmar, te lo juro!!!


En fin, cuidate mucho i a ver si hablamos más por msn


Muaks

Anónimo dijo...

Ué!!!, que conte que entro de vez en cuando por aquí però soy tan lista, que no sabia como firmar, te lo juro!!!


En fin, cuidate mucho i a ver si hablamos más por msn


Muaks