Miedo

El miedo deshonró a los hombres, y los pocos que se aventuraron a recorrer el bosque de lo desconocido encontraron al final la luz de la verdad, aunque no la buscaban. Se miraban a si mismos y sonreían. Se miraban los unos a los otros y sonreían. Vieron la luz, entendieron la amistad, el juego, el futuro.... el presente. Se rieron del amor, y tuvieron la capacidad de estrecharse en un abrazo con el sexo opuesto tan fuerte y profundo que era físicamente inquebrantable, pero ninguna atadura les unía después, ni religiosa ni moral. Esto trajo la paz. Pero la cobardía ante el miedo volvió a deshonrar a mujeres y hombres, que envidiaban hasta enfermar. Solo los corazones pobres rechazaban la belleza, pues no la comprendían, y a la vez la envidiaban. Deseaban más, pero no sabían qué. Y así llego el amor. Como un castigo divino que el hombre ha inventado, manipulándolo a través de la historia para hacerlo parecer algo bueno, pero que en lo más profundo de su naturaleza sigue solo una plaga. Una plaga a la que todos estamos expuestos, y que se mata con la risa. Y la risa significa miedo, porque el hombre es el único animal de la tierra que sabe que va a morir, disimulando ese terror con la risa. Y el miedo es indigno, y la risa es cobarde, y el amor no es eterno.