A Paula Romero
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!»
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!»
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
De “Cuaderno de Nueva York” 1998
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!»
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!»
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
De “Cuaderno de Nueva York” 1998
Hola a todos, sigo vivo, o al menos eso creo. Hace mucho que no tenia ni tiempo ni ganas ni nada importante que decir. Ahora he vuelto, y sigo sin tener nada que decir, pero me he acordado de pronto de uno de mis poemas favoritos y aqui os lo dejo para que lo leais. Espero que os guste y lo disfruteis tanto como yo. Gracias a todos los que habeis pasado por aqui esperando unas palabras mias, lamento haberos decepcionado. Un abrazo
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