Qué tiempos aquellos. Uno se da cuenta que se ha convertido en un viejo en el momento en que una reunión con amigos se convierte en un contar batallitas de los años de colegio o instituto. Eso a mi ya me ha pasado, por lo que hoy me quiero para a echar un vistazo atrás a lo que ha sido mi vida, y para ello he recurrido al mensaje en cadena en que se hace valer a la generación del 83.
Nuestra memoria histórica comienza, con suerte, con la caída del muro de Berlín. Yo no tuve tanta suerte, la mía desgraciadamente comienza con el divorcio de mis padres allá por noviembre de 1991. Se supone que somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle y en los recreos del colegio a las canica, a los trompos, a la vez, somos la primera que hemos jugado a video juegos, hemos ido a parques de diversiones o visto dibujos animados en color. En este sentido, no podemos quejarnos.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween. Nosotros solo hemos tenido a los tres Reyes Magos, que venían una vez al año y no siempre traía lo que pedíamos. Aunque por otro lado, a base de escucharlo una y otra vez, habíamos aceptado como cierto el discurso de que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente, y nadie se los dice. Esto si es verdad que me molesta sobremanera, pero me aguanto, que cada palo aguante su vela.
Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casettes y los pioneros del walkman y del chat. Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Atari, Supernintendo, etc. Somos la generación de los Thunder Cats, los Transformers, las Tortugas Ninja, el Correcaminos, 'Oliver y Benjí' y los otros Supercampeones, de Los Pitufos, Los Magníficos, el Príncipe de Bel-Air, los Caballeros del Zodiaco y Dragón Ball. Fuimos los que lloramos con la madre de Marco que no aparecía y la pobre Clara que no podía caminar.
En definitiva, es cierto eso de que tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. Yo soy uno de ellos, y la verdad es que me produce cierta alegría y orgullo. Por eso no voy a ensuciar el momento hablando de nada mas, simplemente me voy a quedar aquí, regodeándome en esta sensación de superioridad que me invade en este momento, la cual reconozco como insana y poco beneficiosa, pero para una vez que me visita, no le voy a cerrar la puerta.
Nuestra memoria histórica comienza, con suerte, con la caída del muro de Berlín. Yo no tuve tanta suerte, la mía desgraciadamente comienza con el divorcio de mis padres allá por noviembre de 1991. Se supone que somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle y en los recreos del colegio a las canica, a los trompos, a la vez, somos la primera que hemos jugado a video juegos, hemos ido a parques de diversiones o visto dibujos animados en color. En este sentido, no podemos quejarnos.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween. Nosotros solo hemos tenido a los tres Reyes Magos, que venían una vez al año y no siempre traía lo que pedíamos. Aunque por otro lado, a base de escucharlo una y otra vez, habíamos aceptado como cierto el discurso de que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente, y nadie se los dice. Esto si es verdad que me molesta sobremanera, pero me aguanto, que cada palo aguante su vela.
Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casettes y los pioneros del walkman y del chat. Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Atari, Supernintendo, etc. Somos la generación de los Thunder Cats, los Transformers, las Tortugas Ninja, el Correcaminos, 'Oliver y Benjí' y los otros Supercampeones, de Los Pitufos, Los Magníficos, el Príncipe de Bel-Air, los Caballeros del Zodiaco y Dragón Ball. Fuimos los que lloramos con la madre de Marco que no aparecía y la pobre Clara que no podía caminar.
En definitiva, es cierto eso de que tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. Yo soy uno de ellos, y la verdad es que me produce cierta alegría y orgullo. Por eso no voy a ensuciar el momento hablando de nada mas, simplemente me voy a quedar aquí, regodeándome en esta sensación de superioridad que me invade en este momento, la cual reconozco como insana y poco beneficiosa, pero para una vez que me visita, no le voy a cerrar la puerta.
5 comentarios:
Yo soy del 85, pero he vivido lo mismo que tú, por ahí estamos mezclados los del 70' y 80' que hemos experimentado cosas similares. Yo la verdad que no me planteo si me hago vieja o no, simplemente voy avanzando en mi vida, abriendo y cerrando etapas e intentando exprimirlas al máximo. A mi me pone de muy buen humor recordar momentos del colegio o del instituto, aunque reconozco que cuando estás en un grupo, el cual ha crecido junto y empieza a recordar cosas de ese estilo, te hace sentir una punzadita de añoranza, me hace gracia ver como vosotros os reís a carcajadas recordando situaciones embarazosas para vosotros cuando lo vivíais, y ahora sois capaces de acabar llorando de la risa. Me gusta. Me gusta pq cuando voy para mi tierra sé que pasa lo mismo con mi gente. Aquí solo me queda disfrutar de vuestras batallas, y lo que tú dices... disfrutar de este momento de regreso al pasado sin miedo, al fin y al cabo nuestra experiencia nos hace ser tal y como somos.
Besos.
es fácil reconocerse en esas pautas comunes, igual que es sencillo asustarse ante lo que ha venido detrás de nosotros. Supongo que somos viejos prematuros y nos asusta todo lo que no conocemos :)
ahi ahi moy!! quedemonos con esa sensacion! tb fuimos los primeros en ver dragon ball y chicho terremoto antes de que se perdieran los guionistas! ohhhh y barrio sesamo!!! que buueno. Solo soy tres años mas vieja, pero tambien son mis recuerdos, y de algo k me acuerdo es que en la superpop te regalaban un trozo del muro de berlin, jeje
ABRAZICOS!!!
A,ita Dinamita
Muy buen resumen de una reunion de amigos, si señor! menos mal que solo les has contado la parte decorosa,jaja! Yo que de todas esas cosas de nuestra generacion solo he tenido una 3ª parte tambien me siento orgulloso, mucho tendrian que aprender los crios de hoy de lo que vivimos nosotros, como muchos de los de nuestra quinta debieron haber aprendido de unos años atrás. En nuestra niñez todavia habiamos muchos que le teniamos respeto a ciertas cosas, hoy en dia los niños nacen con la chuleria innata y con la creencia de que estan por encima de todo.
¿ de verdad fuimos tan buenos?
Ehhh parece q tambien soy de esa generación...aunque también esta el Principe de Bail Air, Blosson o cuando queríamos llamar a alguien usar cabinas, o esperar a encontrarnoslo por la calle pa saber de él...
Vaya!!!
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