No
es que venga yo a descubrir la pólvora o a decir algo que nadie haya
dicho anteriormente, pero sigue siendo una verdad como un templo: la
televisión de este país es una mierda. Cuando digo que es una
mierda me refiero a que lo único importante son los índices de
audiencia y la publicidad, claro cuando pensamos en satisfacer unas
facetas se descuidan otras de menor rentabilidad económica pero de
mayor importancia: hacer una televisión de calidad que entretenga
sin ser ofensivo o ayude a educar a los niños en valores. Es
innegable que la televisión es un elemento educativo más, pero no
debe ser el único, y ha de ser controlado.
Los
dibujos animados de hoy son muy distintos a los que yo veía cuando
niño, ya no emiten series como Heidi, Marco o Barrio Sésamo, que
eran de una calidad educativa impresionante. Ahora la inmensa mayoría
de las series de dibujos animados están basados en la violencia, y
por supuesto, tienen marcado carácter comercial. Hoy día el juego
es el siguiente:
- Creamos una serie o un personaje, como Bob Esponja o Hello Kitty, y hacemos una feroz campaña publicitaria, los ponemos en todos lugares y momentos para captar la atención de los niños, que no quieren otra cosa más que a Bob Esponja o Hello Kitty.
- Cuando tras tenemos, lanzamos al mercado la película (para que vayan a verla al cine los dos padres y el niño, al nada módico precio de 6 Euros por entrada, sin sumarle palomitas y refrescos), el videojuego (al nada desdeñable precio de 60 Euros), las sabanas, las tazas, los bolígrafos, las libretas, los bolsos, los peluches, etc.
- Cuando Bob Esponja o Hello Kitty han perdido su poder de atracción o la competencia ha creado una serie o un personaje NUEVO, yo retiro el mío de la programación y busco otro para comenzar con el proceso desde el comienzo.
Pues
bien, al final de este oscuro túnel hay una luz, la que emana de
Asha y que me ha devuelto la esperanza de que en televisión no todo
sea pensamiento único. Ese es el nombre de la serie de dibujos
animados, el nombre de una niña cuyo mejor amigo es Mutala, un
emigrante senegalés. Creados por Josep Penya son unos dibujos
animados cojonudos, de un valor educativo incomparable a cualquier
otra cosa que yo haya visto en mi vida. Son unos dibujos
comprometidos con los temas sociales que están a la orden del día,
presentándolos desde el respeto por otras razas y la igualdad de
género. Una serie que recomiendo a todo el mundo.
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