No se que es lo que hay de normal, anormal, supranormal o subnormal, pero la realidad es que mientras que todo el mundo se siente profundamente alterado ante cualquier noticia de un suicidio, a mi, cada vez mas a menudo, me parece una de las soluciones mas plausibles a los muchos problemas que acucian al ser humano del siglo XXI.
El otro día, durante el periodo de una hora, en mi familia circuló el rumor del posible suicidio de un pariente. Todo comienza con la noticia del suicidio de un alto ejecutivo de una importante empresa hortofrutícola de la localidad, y una simple coincidencia de apellidos es el desencadenante de todo.
Todo el mundo ha pensado siempre que cuando alguien toma la decisión de quitarse la vida lo hace en un arrebato de locura de amor (la mas poética de todas las locuras), locura clínicamente diagnosticada (la mas sana de todas la locuras) o de locura económica (la mas terrenal de todas las locuras después del crack del 29 en Wall Street).
Pero la causa del suicidio no es única y exclusivamente la locura. Una cordura bien llevada también puede conducirnos a él. Cuando se ha perdido el sentido de la vida (situelo éste cada cual allí donde desee) la locura no es tomar la decisión de acabar con ella, sino todo lo contrario; la locura propiamente dicha consiste precisamente en empecinarse en continuarla como si esta poseyera algo que la ha de hacer prevalecer ante nada y que nadie.
Considero que es el más alto e importante acto de libertad que cualquiera de nosotros puede realizar hoy en día. Si hay algo que nos diferencie de los animales es la racionalidad. Al carecer de ella, los animales están dotados del instinto de supervivencia, anhelan evitar todo peligro para su vida. El ser humano, al poseerla, esta condenado a decidir
El otro día, durante el periodo de una hora, en mi familia circuló el rumor del posible suicidio de un pariente. Todo comienza con la noticia del suicidio de un alto ejecutivo de una importante empresa hortofrutícola de la localidad, y una simple coincidencia de apellidos es el desencadenante de todo.
Todo el mundo ha pensado siempre que cuando alguien toma la decisión de quitarse la vida lo hace en un arrebato de locura de amor (la mas poética de todas las locuras), locura clínicamente diagnosticada (la mas sana de todas la locuras) o de locura económica (la mas terrenal de todas las locuras después del crack del 29 en Wall Street).
Pero la causa del suicidio no es única y exclusivamente la locura. Una cordura bien llevada también puede conducirnos a él. Cuando se ha perdido el sentido de la vida (situelo éste cada cual allí donde desee) la locura no es tomar la decisión de acabar con ella, sino todo lo contrario; la locura propiamente dicha consiste precisamente en empecinarse en continuarla como si esta poseyera algo que la ha de hacer prevalecer ante nada y que nadie.
Considero que es el más alto e importante acto de libertad que cualquiera de nosotros puede realizar hoy en día. Si hay algo que nos diferencie de los animales es la racionalidad. Al carecer de ella, los animales están dotados del instinto de supervivencia, anhelan evitar todo peligro para su vida. El ser humano, al poseerla, esta condenado a decidir
6 comentarios:
y, sin embargo, el ser humano le ha dado por crear doctrinas y religiones que deben ser tomadas sin duda, y cuyo objetivo no es otra cosa que limitar nuestra libertad de decisión personal.. somos criaturas complejas, verás cuando descubran nuestros restos dentro de un millón de años y alucinen con nuestra civilización :)
derecho a la eutanasia, derecho al suicidio !!!!!!
Yo discrepo un poquito, sí creo en la libertad individual de cada uno para hacer con su cuerpo lo que quiera y más ante situaciones de graves enfermedades que te pueden alargar la vida muchísimos años aunque la propia enfermedad te la haya arrebatado en el mismo momento de su diagnóstico. Pero antes que eso, siempre creeré que hay otras soluciones. Piensa que uno mismo jamás será 100% objetivo consigo. Que justo las situaciones más extremas son las que nos llevan a barajar una posible desaparición de este mundo, pero no somos conscientes que en el 99% de casos, esas situaciones extremas son pasajeras, aunque puedan durar mucho más de lo que desearíamos y nunca veamos el final. Siempre hay una solución, aunque sea el tiempo. Y el ser humano distorsiona la realidad a su manera, cada uno de nosotros vivimos en un mundo distinto. Y en lo que sí creo fervientemente, es en que es posible (aunque costoso) poder posicionarnos en la visión del mundo de otra persona. Cuando esto sucede quizás nos damos cuenta que el quitarse la vida no es la primera y única opción.
Yo creo en la vida, es impresionante todo lo que tenemos, y no hay que tener fijación solo por lo que nos hace daño, porqué eso hará que eclipse todo lo demás. Somos libres, pero antes de tomar decisiones que jamás tendrán vuelta atrás, sería mejor primero tomar otras que sí la tienen, aunque nos equivoquemos mil y una vez.
Estoy más o menos de acuerdo, de hecho si la humanidad fuera realmente libre y no estuviera sujeta a ataduras ético-morales absurdas, el número de suicidios aumentaría de una manera preocupante....
Saludos
No soy tal vez la más adecuada para opinar sobre el tema del suicidio, ya que a mi el tema de la muerte me da bastante respeto y hasta miedito :) por lo que mi posición tenderá más a conservar la vida que a perderla...
Considero que siempre existirá algo por lo que luchar, alguna, aunque ínfima, esperanza por la que seguir hacia adelante.
Pero claro, no se sabe o que es sufrir hasta el punto de querer terminar con tu vida, es algo que escapa a mi entendimiento y experiencia, por lo que me parece de frivolidad condenar el suicidio, es tarea de todos intentar ayudar a los demás y evitar esta salida tan drámatica, pero si no hay otra, me parece que por el respeto a los demás debemos respetar sus opiniones y hechos.
No sé si el suicidio sea la solución, como alude tu primer párrafo, es más bien la deducción lógica de una certeza superior, como algo se entrevé en tus palabras finales.
Pero si se trata de tener certeza no hay modo de estar seguro de ella, no hay modo de estar seguro de que esa fue la mejor decisión, al menos en ese momento.
Paradojicamente veo en el suicidio la reafirmación del sentido de la vida, es decir, la afirmación de creer que no tiene ninguno. Pero tanto en este caso como en el contrario, amerita una profunda reflexión y no la mera reducción que se justifica con un "si de todas maneras nos vamos a morir".
En mi opinión son muy pocos los casos de suicidios por convicción, no arrastrados por el impulso de las pasiones. Ser llevados por las pasiones es la peor ceguera en la que se puede caer, tanto para casos extremos como el suicidio, tanto para acciones superflúas.
saludos,
Alejandro.
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